jueves, 10 de febrero de 2011

Makario

Llegaste a mi vida de manera muy extraña, al menos para mi... (los demas que?).

Tu mirada triste, enigmática y profunda llamó mi atención en exceso, te miraba a lo lejos, sentia temor de acercarme a ti porque sabía que tu mirabas a alguien mas... alguien que no era yo...
Pero que curiosa es la vida porque un par de años después me volví a topar con esa mirada que me cautivaba... esa mirada que me hacia temblar en secreto... sin embargo con tristeza descubrí que tu nuevamente mirabas a alguien que no era yo... (o al menos esa era mi fantasía) yo te miraba y sólo sonreía porque aun estando con aquel al que crei querer tanto... mi alma ya sentia que te pertenecia desde el momento en que te detuviste... volteaste... me miraste y sonreiste y pudiste ver más allá de lo que todos, incluso yo, veian.

De pronto la vida me daba oportunidades de estar contigo aunque fuera unos minutos, o incluso un par de horas, y en una de esas oportunidades, el destino... o esas "causalidades azarosas" -según Jung- nos hundieron al enfrentarnos a una pérdida similar. Hacia tanto que la vida nos sabia a lo mismo, a la misma mierda, el mismo sabor amargo... parecido al de las toronjas... o un poco mas fuerte... la misma gente, la misma luz que quemaba nuestras pupilas... comenzamos a transformarnos en seres amorfos, a vagar sin direccion, encontrandonos en el camino. Nos convertimos en lo que siempre detestamos. La multitud alteraba nuestros sentidos, y caímos poco a poco en un pozo sin fondo, el vacío se veía interminable, la desesperación se tornó como parte de lo habitual, fuimos victimas y victimarios de todo aquello que nos descuartizó.

Fue en ese momento en que, tus ojos oscuros comenzaron a gritarme, en esa forma triste me dejaban notas, caricias y me transportaban a lugares desconocidamente maravillosos, sin embargo yo no debería querer... el desastre me rondaba, me arañaba, me mordia...

Hasta que me harté... descubrí que yo soy los limites... y hasta donde mi jodido y lacerado cuerpo aguantara, hasta donde mis tripas se devoraran una a una.. hasta donde no pudiera esconder como mi piel se erizaba por ti... mi temor fue desapareciendo... mi alma se fue desnudando ante tí.. y me mostré tal y cual soy... comenzé a quitar una por una las máscaras y disfraces que por tantos años guste usar... Te fuiste adueñando poco a poco de mi alma, de mis secretos, de mis temores y mis mas grandes dolores, extendiste tu mano... y me tomaste con fuerza... comenzaste a caminar conmigo.

¿Recuerdas como hablabamos de amores añejos y podridos?, como nuestros labios parecían llamarse y nuestros cuerpos al sentirse cerca se llenaban de calor, temblores y sudores... ¿Recuerdas cuando tomabamos nuestras manos...? vaya que sudaban!!! O quizas recordarás esas miradas llenas de cariño... amor... deseo... lujuria...?

Fue así como decidimos dejar de resistirnos a las mareas, y soltar las amarras de puertos ajenos, puertos en los que jamas volveriamos a anclar... nuestros barcos comenzaron a a navegar juntos y fusionarse... y los caballos, nuestros caballos ya no gustaban de la amarilla y seca pastura que alguna vez se les dio de comer.

Empezamos a creer solo en el presente. Y HOY estamos aquí, JUNTOS.

Preferí sentir que anesteciarme como siempre lo hacia.

Este es mi relato, el relato de como me perdí en unos ojos tristes que me devolvieron las pupilas dilatadas por gustar lo que ven.

TE AMO!




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